

Uff!!! Montreal... Tanto... tanto!!!! que no sé ni siquera por donde empezar... y es que más allá del Mont Royal, de Maisonneuve, del Oratorio St. Joseph, del las hojas de otoño baj

o los pies y la infinita nieve cayendo sobre nuestras cabezas, están los momentos que ahi vivimos y las personas con las cuales los compartimos...
Los seis meses que pasé en Montreal me hicieron recordar en todo momento ese órga

no que cargamos del lado izquierdo de nuestro pecho y que algunas veces, en la cuotidianidad de los dias olvidamos: por todas las emociones que senti y viví... por sus diversas experiencias, tan extremas y tan sencillas, desde una tarjeta robada hasta la suave belleza de ver la nieve caer y derretirse en el aire, pero todas con una intensidad y

belleza puras e irrevocables. Allí, VIVIR, se volvió irremediable!!!
LLevo ahora conmigo, siempre, los pasos que me acompañaron, las pedaleadas de mi bicicleta Clementina, las canciones que se bailaron, las miradas que se encontraron, las lágrimas que se derramaron, la soledad de algunos momentos, la euforia, los abrazos, los besos, las noches y los amaneceres compartidos, y el inevitable adiós que tuvimos que darle a esa vida tan intensamente

vivida y a quienes la hicieron unos de los mejores meses de mis casi 24 años de edad.... Je me souvien!!!!!!
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