.__Techadumbres__.
De regreso a México, el bochorno me atrapó recién ponía un pie en el aeropuerto, las lágrimas afloraron, y sí, los rostros de mis seres cercanos habían cambiado, qué impresión. Lo más extraño: los espacios reducidos, claro, sólo a través de mi percepción...
Pasó un mes, dos, pasaron tres meses. Apenas comenzaba a desprenderme del caparazón de ser nueva en el país “propio” y me inventaba una nueva vida sin escuela, con mucho que hacer, aunque con decisiones no tomadas... de la mano, cuando sucedió.
Mi primera metida de pata (y no fue la izquierda, fueron las dos) ocurrió como un gesto de suma atención en el que se me pedía estrenar este nuevo ser en su antiguo suelo. Y el sitio tuvo voz, también apariencia. Su forma la adquiría en una veintena de escalones, y el suceso... Corría por aquellas escaleras y en verdad creía que tener las Mejores Imágenes era, en ese momento, lo más importante. Y no era la primera vez que me pasaba.
La gravedad decidió abrazar a esa mexicana que se sentía tan en sus recuerdos, tan fuera del aquí, y sí, fue abrazada, pero también incrustada más aquí, en el cemento. Zaz! Tras una caída un poco empinada en forma y tono, la ambulancia llegó y comenzó el otro viaje sin previa reservación, el viaje a través de los paisajes celestes de artificio.
No, no vale la pena alarmarse demasiado. Ocurrió que desde el momento de la inmovilidad en aquellos escalones, hasta el mes y medio que pasé en cama, los techos cobraron un sentido poco imaginable en mi entorno. Así es, los techos.
Yo tampoco podía creer que mi cabeza me diera para ello cuando una maquina de rayos X intentaba encontrar el eje de mi cadera, mientras yo interpretaba al personaje de la intocable “y que nadie atentara en contra de mi umbral del dolor”, porque pegaba un grito de aquí al... techo.
Recordé entonces La Capilla Sixtina y algunas cúpulas eclesiásticas. Me reconfortaba pensar que alguien más loco que yo y con muchísimo más talento que yo, claro está, alguna vez reflexionó sobre lo mismo que me inquietaba absurdamente cuerpo-abajo-ojos-p´arriba.
Ay de aquellos enfermos, viejos o moribundos cuyos techos son tan tristes como los lisos tan lisos de las habitaciones o como los enceguecedores tan neónes de los hospitales. ¿Por qué no dejar que en los techos de las ambulancias, de las casas, de los hospitales, incluso de las oficinas, se puedan apreciar imágenes que en sus formas y sus colores nos distraigan del dolor? Eso, siempre y cuando sea posible que el consuelo entre por los ojos, mientras todo lo demás sale de ellos.
Cierto Poeta Que No Le Gusta la Poesía me prestó una novela maravillosa a falta de techo creativo. Mientras, mi amiga la Seudónima me exhortaba a que empleara mi tiempo en la reflexión... ¿más? No por favor! Ya iba en mis catorce años de autobiografía subjetivísima y lo que faltaba...
Además, La Seudónima decía que los problemas óseos y musculares eran un reflejo de los problemas estructurales de mi vida... No me lo hubiera dicho porque llegó aquella novela Exagerada a cuyo personaje principal le fui tomando un cariño tan desestructuradamente sincero, sin mencionar la identificación consoladora que tuve con él de vez en vez, cuando me permitía descansar de mi actividad pictórica ilusionista sobre el techo de mi cuarto, que al final me regaló una salvadora grieta de humedad.
Fue aquel espacio liso, la pantalla de mis pensamientos, otras veces, el proyector de mis sueños, y otras tantas, el espacio frustrado de la cúpula no pintada. Eso sí, la cúpula más bella del mundo podría haber sido la firmada por Dios, bueno, si tan sólo hubiese permanecido acostada a la intemperie todo ese tiempo, disfrutando del cinemascopio más creativo e intenso de todas las techadumbres.

Si algún arquitecto lo toma personal,
que lo despersonalice y se ponga a diseñar.
M.R.
4 Comments:
asi son los techos, lo peor es cuando se descubren a la luz de un delirium tremens: lo que uno ve, qué horror. yo nomas tuve con 3 dias, más y me hubiera total y completamente romañeado (si, si, un poco mas). Sin embargo, cuando se descubren de noche-de-insomnio, uno puede encontrar, entre el humo del cigarro, lo que sea: mariposas mezquinas, nubes despostilladas y alas de angel (por no hablar de sonrisas del mismo y otras sinvergüenzadas).
M.R.? Marca Registrada, Mujer Recóndita, Mármol Reacio, Macarron Refrigerado, Muy Ruda, Miss Retaguardia?
Ya nos iras entendiendo Spaghetti con Salsa... jaja
y M. ya decoraste tu techo?
ojala publicaran mas seguido, me gusta el estilo de las escribas. Un abrazo mi querida Mitad Reflejada.
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